La Red Sindical de Cooperación al Desarrollo (RSCD) de la Confederación Sindical Internacional, con ayuda de la Fundación Friedrich Ebert, ha realizado un seminario para consensuar los mensajes sindicales ante las próximas conferencias de financiación al desarrollo que se celebrará en Adís Abeba (Etiopia), que fijará los próximos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) post-2015, y que sustituirán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se implantaron en el año 2.000. Este seminario se celebró en Nueva York del 11 al 13 de mayo y contó con la participación una veintena de sindicalistas de todo el mundo, entre ellos un representante de USO y SOTERMUN.

El primer día, el director de UNDESA, Nikhil Serh, y la directora en Nueva York de la OIT, Jane Stewart, hicieron un resumen del estado de las discusiones y los contenidos de los borradores de las declaraciones de las conferencias antes mencionadas.

La conferencia de cómo financiar los ODS, de Adís Abeba el próximo mes de julio, tiene ya la virtud de celebrarse antes de la Conferencia General de las Naciones Unidas que fijará definitivamente los ODS el próximo mes de septiembre. En Adís Abeba se actualizarán los compromisos de la conferencia de financiación de Monterrey (año 2001) como donar el 0,7 del PIB de los países ricos a los países pobres y las fórmulas para lograr los objetivos de desarrollo sostenible que tienen un periodo de realización hasta el año 2030.

Sobre el borrador cero elaborado por George Wilfred Talbot, embajador de Guyana, y el embajador noruego, Geir O. Pederson, los sindicalistas criticaron su falta de concreción en la elusión fiscal de las multinacionales y la falta de rechazo explícito a los paraísos fiscales en el texto. Hay una deriva de los gobiernos capitaneados por la OCDE de los partenariados público-privados y la captación de recursos públicos dirigidos al sector empresarial lucrativo, considerándola ayuda al desarrollo. Se reclamó por parte sindical y en los documentos de la sociedad civil una justicia fiscal si queremos que los ODS tengan una financiación y ésta sea lograda por sistemas fiscales universales, eficientes y progresivos a nivel mundial. También se reclamó la aplicación del Impuesto de Transacciones Financieras y la preeminencia de lo público y las decisiones democráticas a los intereses corporativos.

Con respecto al texto de los ODS, el representante de la OIT, Vinicius Pinheiro, puso énfasis en aquellos objetivos y metas que afectaban positivamente a la implantación del trabajo decente, la lucha contra la informalidad y a favor de la protección social. Jane Stewart deploró que el ‘diálogo social’ no esté considerado ‘un derecho’ y, por lo tanto, tienen que ser los sindicatos los que reclamen más participación, consultas y ejercer su capacidad de influencia. Los sindicatos ya han elaborado un primer texto sobre su postura frente a los documentos iniciales donde se reclama más concreción, participación y que el trabajo decente, empleo, protección, negociación colectiva y salarios, sea el que priorice las políticas económicas.

Los facilitadores de la agenda de los ODS 2015, David Donghue (Irlanda) y Sergio Rodrigues dos Santos (Brasil) explicaron que hay bastante consenso, pero que faltan al documento varias cosas. Para el brasileño, una mayor coherencia entre las políticas y se refirió a los tratados de libre comercio e inversiones, TTIP (UE-EEUU) y TPP (EEUU y países del Pacífico) que no tienen elementos equilibradores en áreas productivas, señaló la falta de normas laborales y de otro tipo que afectaban a un desarrollo más cohesionador y que, dada la importancia de las transacciones comerciales que se realizarán, sus normas (o la falta de ellas) redundarían en la determinación de un tipo de crecimiento y desarrollo u otro. Por otro lado, la escasa concreción en quién, cómo y cuándo se haría el seguimiento del cumplimiento de los ODS.

El último día del seminario fue un encuentro con embajadores en el seno de las Naciones Unidas para darles cuenta de los criterios sindicales ante esas dos conferencias. El embajador de la UE, donante mayor del mundo, Americo Beviglia, dio ejemplo de lo gaseoso que es la política europea, sin querer concretar nada, sin querer crear ‘problemas’ contra los paraísos fiscales o las corporaciones multinacionales, un buenismo cínico y cómplice con la situación actual. Su intervención no augura posiciones de mejora de los textos actuales.